Una de cada cinco personas sanas presentan signos de reflujo gastroesofágico En torno al 15% de la población española sufre intolerancia a la lactosa y otro 15% estreñimiento crónico Es imprescindible hacer pruebas de detección de la hepatitis a personas de riesgo para evitar contagios Sólo un 10% de los celíacos están diagnosticados, aunque se estima que hay unos 800.000 afectados en España Madrid, 29 de mayo de 2010. Una de las actividades principales promovida por la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) durante el Día Mundial de la Salud Digestiva, que se celebra el 29 de mayo, es el desarrollo de diversos TALLERES SOBRE ALIMENTACIÃ?N Y HÁBITOS «SALUDIGESTIVOS» con los que se pretenden «promocionar la salud digestiva en nuestro país y concienciar sobre la importancia del diagnóstico precoz y el tratamiento, cuando hay enfermedad, dentro de los objetivos de la FEAD», explica el profesor Manuel Valenzuela, presidente de la Fundación. Desde la FEAD, «nuestra intención con esta iniciativa es mejorar los hábitos de la población de cara a prevenir y/o combatir algunas de las patologías digestivas más frecuentes, como el estreñimiento crónico, la intolerancia a la lactosa, la enfermedad celíaca, la hepatitis o el reflujo gastroesofágico, que ocupan los talleres cuyo contenido se resume a continuación». PROBIÃ?TICOS: ALIMENTOS QUE TE AYUDAN Los alimentos probióticos son un tipo de alimentos funcionales, es decir, aquellos que, además de nutrir, proporcionan algunas ventajas como mejorar las defensas, reducir el colesterol, etc. Según el profesor Miguel Bixquert, Jefe del Servicio de Digestivo del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, «están basados en microorganismos (bacterias) que son beneficiosas para nuestro organismo. De hecho, en nuestro tubo digestivo, en la cavidad bucal y en el tracto urogenital tenemos bacterias que nos defienden de la invasión de otros gérmenes perjudiciales y las tenemos adquiridas desde el nacimiento», puntualiza el experto en el marco del Día Mundial de la Salud Digestiva. En su opinión, estas bacterias ayudan a digerir los alimentos consumidos, favoreciendo la producción y absorción de vitaminas, calcio, hierro… y facilitan la recuperación de energía. Asimismo, aquellas bacterias que se quedan pegadas a la mucosa intestinal entrenan a los linfocitos para evitar problemas con gérmenes exteriores y también segregan anticuerpos, que nos ayudan en esa defensa. Para las personas con patologías digestivas son especialmente beneficiosos, ya que, por ejemplo un yogur normal ayuda a un tratamiento de diarrea por virus; otros organismos como las bífidobacterias ayudan a combatir el estreñimiento o la hinchazón abdominal; los quesos fermentados o salchichones favorecen un mayor control de las flatulencias. A su juicio, «un impacto educacional sobre las ventajas de este tipo de alimentos sería beneficioso sobre toda la sociedad». En concreto, respecto al estreñimiento crónico, que afecta en torno al 15% de la población, el especialista recalca los peligros de utilizar laxantes de forma incontrolada, una práctica que puede ser perjudicial para el organismo. ASPECTOS ACTUALES DE LA ENFERMEDAD CELÍACA «La enfermedad celíaca, es decir, la intolerancia permanente al gluten (proteína presente en ciertos alimentos como el trigo, la avena, etc.), afecta a unas 800.000 personas en España. Si bien, sólo un 10% está diagnosticado», según la doctora Isabel Polanco, Jefe de Servicio de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid. Esta intolerancia provoca una atrofia en el intestino delgado, disminuyendo su capacidad para absorber los nutrientes. «Se sabe que afecta a personas genéticamente predispuestas, aunque también se ha demostrado que hay ciertos factores ambientales que pueden ser desencadenantes. Por eso, aunque la mayoría de los casos se detectan durante la niñez, cada vez es más común hacerlo en los adultos», apunta la experta. Aunque el síntoma más frecuente es la diarrea mantenida, con heces blandas abundantes, esta afección también puede estar relacionada con otros signos clínicos muy variados como cefaleas, depresión, abortos repetidos y alopecia, entre otros. No obstante, el diagnóstico definitivo se consigue tras realizar una biopsia intestinal, según la doctora Polanco. Se trata de una patología que no se cura, por lo que los pacientes deben tener una dieta sin gluten a lo largo de su vida. Si bien, puede ser totalmente «variada y equilibrada, aunque sobre todo se debe prestar atención al etiquetado de los productos», concluye. INTOLERANCIA A LA LACTOSA La intolerancia a la lactosa es un síndrome clínico que se presenta tras la ingesta de lactosa y que puede cursar con dolor, molestias abdominales, diarrea, flatulencia, distensión abdominal, náuseas e incluso vómitos. «Los síntomas suelen aparecer entre 30 minutos y 2 horas después de la ingesta de lactosa. Su prevalencia entre la población española se estima en torno a un 15%», detalla Federico Lara, Coordinador Científico de Puleva. Si la lactosa no se digiere a través de una enzima (lactasa) se acumula en el intestino y esto origina la entrada de agua al mismo, provocando diarrea. Además, la fermentación de la lactosa por las bacterias de la flora intestinal produce gases responsables de la distensión abdominal, flatulencias etc. En los casos de intolerancia congénita -afortunadamente muy poco frecuentes- la manifestación clínica se detecta durante los primeros días de vida. Sin embargo, la intolerancia se produce casi siempre como consecuencia de una pérdida paulatina de la capacidad para digerir este azúcar a partir de los 3 ó 4 años y se manifiesta de forma progresiva, detalla el especialista. El principal tratamiento es la exclusión total o parcial de la lactosa de la dieta, lo que conduce a la desaparición de los síntomas pero no a la remisión de la intolerancia. En cualquier caso, actualmente existen en el mercado productos lácteos, sin lactosa o bajos en esta sustancia, que permiten a los pacientes seguir consumiendo derivados lácteos. Los productos lácteos fermentados, como el queso o el yogur, suelen ser bien tolerados. HEPATITIS: DIAGNÃ?STICO Y TRATAMIENTO Durante la jornada también se debatió sobre la hepatitis crónica, una inflamación del hígado que se mantiene a lo largo del tiempo (de una duración mayor de 6 meses). Suele producirse por varias causas aunque las más frecuentes son los virus de la hepatitis B