16 de mayo, Día de la Enfermedad Celíaca El diagnóstico de la enfermedad celíaca requiere que el paciente no haya retirado el gluten de su dieta y la realización de pruebas seguras y objetivas La enfermedad celíaca puede afectar a la calidad de vida de quien la padece y poner en riesgo la salud y, aunque el número de diagnósticos ha aumentado en los últimos años, se estima que hay muchos casos sin diagnosticar Los síntomas, como dolor abdominal, cambios en el ritmo intestinal o meteorismo, entre otros, están presentes en otras muchas patologías, lo que dificulta su diagnóstico El diagnóstico de la enfermedad celíaca requiere que un determinado análisis de sangre sea positivo y una confirmación mediante biopsia de la mucosa duodenal La FEAD se une al Día de la Enfermedad Celíaca, celebrado el 16 de mayo, para concienciar sobre esta patología y la importancia de realizar un diagnóstico correcto basado en la fiabilidad de las pruebas 12 de mayo 2025. La enfermedad celíaca es una de las patologías más frecuentes en nuestro país y, aunque en los últimos años ha aumentado el número de casos diagnosticados, aún hay muchos sin detectar. De hecho, se estima que en España habría hasta un 70% de personas con celiaquía que están sin diagnosticar1. Esto pone de manifiesto la importancia de realizar un correcto diagnóstico, por su elevada frecuencia, por la afectación que supone a la calidad de vida de quien la padece y por la posibilidad de desarrollar patologías más graves provocadas por no comenzar el tratamiento. En este contexto y con motivo del Día de la Enfermedad Celíaca, celebrado el 16 de mayo, la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) busca concienciar sobre esta patología y la importancia de realizar un diagnóstico correcto basado en la fiabilidad de las pruebas. De entrada, “el diagnóstico de la enfermedad celíaca debe plantearse en personas con síntomas susceptibles de serlo o en aquellas que tienen más riesgo de padecerla” como, por ejemplo, “aquellas que padecen diabetes de tipo 1 o familiares celiacos”, declara el Dr. Luis Fernández Salazar, experto de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), médico especialista en aparato digestivo del Hospital Clínico Universitario de Valladolid (HCUV) y profesor en la Universidad de Valladolid. En este sentido, la enfermedad celíaca presenta síntomas como cambios en el ritmo intestinal, dolor abdominal o meteorismo, entre otros, también presentes en otras patologías frecuentes como el Síndrome del Intestino Irritable (SII). “Aquí es importante que el médico considere diferentes diagnósticos posibles y uno de ellos sea la celiaquía”, este es el primer paso “para comenzar con un diagnóstico fiable”, declara. Pruebas diagnósticas Para que el diagnóstico de la enfermedad celíaca sea seguro hay que tener en cuenta que en el momento que se plantea la detección la persona no haya retirado el gluten de su dieta, “cosa que no es infrecuente, dada la popularidad que ha adquirido la dieta sin gluten”, añade. Así, “se realiza un análisis de sangre en el que se busca la detección de una inmunoglobulina de tipo A frente a la transglutaminasa tisular” y si este sale positivo “se comprueba el diagnóstico con una biopsia de la mucosa duodenal”. Aquí “es muy importante tener en cuenta que este diagnóstico debe ser firme y basarse en datos objetivos”, primero “porque hay que explicar los síntomas que padece el paciente” y, además “porque el diagnóstico de enfermedad celiaca implica la necesidad de seguir una dieta sin gluten toda la vida, por ello la dificultad en su cumplimiento exige un diagnóstico seguro”. Sin embargo, pueden darse casos en los que el test de sangre resulte negativo y la sospecha de que se trate de celiaquía sea consistente para lo que es necesario “realizar una biopsia de la mucosa que apoye el diagnóstico de enfermedad celiaca, tener en cuenta otros diagnósticos, y comprobar que la dieta sin gluten conduce a una resolución del cuadro”, añade. En este sentido, se han ido desarrollando nuevos procedimientos, entre ellos está el análisis genético cuya utilidad, en el momento actual, radica no en identificar celiacos, sino en la posibilidad de identificar quién puede serlo. Aun así, se dan situaciones en las que, aunque no se cumplen los criterios mencionados para el diagnóstico, las personas reconocen una relación muy estrecha entre el consumo de gluten y la aparición de determinados síntomas compatibles con celiaquía. “Esta situación es la que se denomina como ‘sensibilidad al trigo no celíaca’” y aquí “la principal diferencia es que la celiaquía se diagnostica con criterios y pruebas medibles”, mientras que para la sensibilidad al trigo no celiaca “no disponemos, de momento, de biomarcadores y criterios diagnósticos claros”, confirma el experto. FEAD La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) es una institución privada sin ánimo de lucro, creada y promovida por la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) y sometida al protectorado del Ministerio de Educación y Ciencia. Entre sus objetivos principales destacan promocionar la salud digestiva de la población española, realizar campañas de prevención de las enfermedades digestivas mediante la educación sanitaria de la población, apoyar la investigación en gastroenterología y promover la formación de calidad de los profesionales sanitarios en esta especialidad. Cuenta con el apoyo y colaboración de los más de 3.340 especialistas socios de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD). Más información www.saludigestivo.es Bibliografía 1. Grupo de trabajo del Protocolo para el diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca. (2018). Protocolo para el diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Servicio de Evaluación del Servicio Canario de la Salud (SESCS). https://www.mscbs.gob.es/profesionales/prestacionesSanitarias/publicaciones/DiagnosticoCeliaca.htm 2. Raiteri, A., Granito, A., Giamperoli, A., Catenaro, T., Negrini, G., & Tovoli, F. (2022). Current guidelines for the management of celiac disease: A systematic review with comparative analysis. World Journal of Gastroenterology, 28(1), 154-175. https://doi.org/10.3748/wjg.v28.i1.154 PARA MÁS INFORMACIÓN Y GESTIÓN DE ENTREVISTAS: Montse Llamas (636 820 201) mllamas@alaoeste.com Sonia Joaniquet (663 848 916) sjoaniquet@alaoeste.com
Cáncer colorrectal: cómo la prevención y el diagnóstico precoz pueden salvar vidas
31 de marzo, Día Mundial contra el Cáncer de Colon Cáncer colorrectal: cómo la prevención y el diagnóstico precoz pueden salvar vidas El cáncer colorrectal (CCR) será el tumor más diagnosticado en 2025 en España con 44.573 nuevos casos y fue el segundo tumor con más mortalidad con 15.114 casos, según los últimos datos de 2023 El CCR se puede curar en el 90% de los casos, siempre que se detecte en fases tempranas por lo que la prevención primaria (adoptar hábitos de vida saludables) y secundaria (participar en programas de cribado) son claves Las principales pruebas de cribado son el test de sangre oculta en heces y la colonoscopia, si el test de sangre oculta en heces resulta positivo La FEAD se une al Día Mundial contra el cáncer de colon, 31 de marzo, a través de la campaña de concienciación “Si previenes, ganas vida” para resaltar la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz 27 de marzo 2025. El cáncer colorrectal (CCR) será el tumor más diagnosticado en este año en nuestro país con un total de 44.573 nuevos casos, teniendo en cuenta ambos sexos1. Además, fue una causa muy importante de muerte, ya que, en 2023, en hombres resultó la segunda causa de muerte por tumores por detrás del cáncer de pulmón. En mujeres supuso la tercera causa de mortalidad por cáncer, por detrás del cáncer de mama y pulmón1. Dentro de este contexto, la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) se une al Día Mundial contra el cáncer de colon, que se celebra el 31 de marzo, a través de la campaña de concienciación “Si previenes, ganas vida”, con el objetivo de resaltar la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz para reducir la incidencia y mortalidad de este tipo de tumor. Factores de riesgo del cáncer colorrectal “Existen factores de riesgo que pueden influir para desarrollar cáncer colorrectal, estos pueden ser evitables y/o modificables”, declara la Dra. Pilar Esteban, responsable del comité de nutrición de la FEAD. Entre ellos, se encuentran el tabaco, alcohol, sobrepeso, mala alimentación o sedentarismo, entre otros. Sin embargo, “hay factores de riesgo no evitables como son la edad (mayor riesgo a partir de los 50 años), antecedentes familiares (más riesgo cuanto más directo sea el familiar, más familiares hayan tenido cáncer colorrectal y cuanto más joven sea el familiar afectado) y haber padecido algún otro tumor o enfermedades crónicas relacionadas con el colon, como la colitis ulcerosa, la Enfermedad de Crohn, patologías en las que se desarrollan múltiples pólipos en el colon y algunas enfermedades hereditarias”, asegura la experta. Prevención y síntomas del cáncer colorrectal La prevención primaria del CCR se realiza incidiendo en los factores de riesgo modificables adoptando hábitos saludables como los dietéticos (dieta baja en grasa, aumentar el consumo de fibra con una dieta rica en verduras, frutas y adecuado aporte de micronutrientes como el calcio y vitamina D) y el estilo de vida (no fumar, hacer ejercicio, moderar el consumo de alcohol y las carnes rojas). Además, la prevención secundaria consiste en detectar precozmente estos tumores y, para ello, “la participación en los programas de cribado cobra especial importancia para disminuir las cifras de incidencia y mortalidad de CCR”, afirma la Dra. Mileidis San Juan, responsable del comité de actividades fundacionales de la FEAD. De hecho, el cáncer colorrectal se puede curar en el 90% de los casos si se detecta en etapas tempranas. Si el CCR presenta síntomas suelen ser sangrado en las heces, cambios en la frecuencia y características de las deposiciones, cansancio, anemia, pérdida de peso y apetito, entre otros. Sin embargo, a veces pueden ser asintomáticos y, en ocasiones, los manifiesta cuando el tumor suele encontrarse en fase avanzada. Cribado de cáncer colorrectal Las principales pruebas de cribado son el test para la detección de sangre oculta en heces (SOH), que es la prueba más común para el cribado, por su sencillez y coste, se realiza con un kit que incluye instrucciones para recolectar muestras en casa, enviándolas luego a analizar. Un resultado negativo sugiere baja probabilidad de cáncer de colon, recomendándose repetir cada 2 años. “Un resultado positivo indica presencia de sangre, que puede ser por diversas causas tales como presencia de pólipos que son las lesiones precursoras del cáncer de colon, hemorroides, cáncer colorrectal, entre otras lesiones colónicas, requiriendo una colonoscopia para su diagnóstico”, afirma la Dra. San Juan. La colonoscopia es un procedimiento que explora el colon y recto mediante un endoscopio flexible introducido por el ano, realizándose con sedación, para evitar las molestias y dolor al paciente. Se requiere una dieta y preparación especial para limpiar el colon, y es eficaz en la detección y extirpación de pólipos y otras lesiones. Además, “existen otras pruebas que pueden realizarse en casos de colonoscopia incompleta o contraindicada, como la colonografía por TC y la cápsula de colon, cuya indicación dependerá del caso y del especialista”, indica la Dra. Esteban. La participación en los programas de cribado, sin la existencia de antecedentes familiares, comienza a los 50 años mediante la realización del test de sangre oculta en heces y colonoscopia, si el resultado de sangre oculta en heces resulta positivo. Sin embargo, el cribado del cáncer colorrectal en pacientes con antecedentes familiares de cáncer de colon o pólipos varía según el número de familiares afectos, el grado de parentesco y la edad en el momento de diagnóstico y deben ser valorados en consultas especializadas de riesgo de cáncer colorrectal. Campaña “Si previenes, ganas vida” La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) se une al Día mundial contra el Cáncer de Colon mediante la campaña “Si previenes, ganas vida”. A través de ella busca concienciar sobre la importancia de la prevención para reducir la incidencia de este tipo de cáncer, promoviendo la participación en los programas de cribado. La campaña presenta diferentes materiales divulgativos como vídeos de expertos, testimonial, podcast, infografía y más. Además, esta iniciativa cuenta con la colaboración de Alfasigma, Norgine
Obesidad y enfermedades digestivas, una amenaza silenciosa con alta prevalencia y gran repercusión
4 de marzo, Día Mundial de la Obesidad Obesidad y enfermedades digestivas, una amenaza silenciosa con alta prevalencia y gran repercusión En nuestro país, el 16,5% de los hombres y el 15,5% de las mujeres mayores de 18 años padecen obesidad La obesidad es una de las enfermedades que presenta mayores desafíos para la salud, tanto por su elevada prevalencia como por el impacto social, económico y sanitario que genera La obesidad afecta directamente al aparato digestivo, aumentando el riesgo de padecer patologías como enfermedad hepática metabólica, reflujo gastroesofágico, litiasis biliar, diverticulosis y varios tipos de cáncer digestivo, entre otras La FEAD se une al Día Mundial de la Obesidad, celebrado el 4 de marzo, para concienciar sobre esta enfermedad, su impacto en la salud digestiva resaltando la importancia de adoptar medidas preventivas y el cambio de paradigma sobre la misma 3 de marzo 2025. La obesidad es una de las enfermedades que más patologías asociadas o derivadas de ella conlleva, con una tasa de prevalencia que ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. En este contexto y con motivo del Día Mundial de la Obesidad, celebrado el 4 de marzo, la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) busca concienciar sobre esta patología, la importancia de adoptar medidas preventivas para reducir su impacto en la salud digestiva y generar un cambio en la visión de esta enfermedad. En nuestro país, el 16,5% de los hombres y el 15,5% de las mujeres mayores de 18 años padecen obesidad1 y “la situación es especialmente alarmante en la población infantil, con una prevalencia del 13,4% en niños y del 7,9% en niñas2”, apunta la Dra. Pilar Esteban, responsable del Comité de Nutrición de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y médico especialista del aparato digestivo y nutrición clínica. Además, se prevé un aumento en la tasa de prevalencia de la obesidad en nuestro país para la próxima década, “lo que nos deja un panorama preocupante”, señala. Impacto de la obesidad en el aparato digestivo “La obesidad no solo está relacionada con enfermedades metabólicas y cardiovasculares”, apunta la Dra. Esteban, “sino que, además, afecta directamente al aparato digestivo aumentando el riesgo de padecer distintas patologías”, entre las que se encuentran la enfermedad hepática metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés), el reflujo gastroesofágico, litiasis biliar, y distintos tipos de cáncer digestivo, entre otras. Atendiendo a esto, la mayoría de las personas con obesidad mórbida presenta algún grado de afectación hepática como la enfermedad hepática metabólica (MASLD) que puede progresar a esteatohepatitis hepática primero, y sufrir complicaciones dando lugar a fibrosis hepática y cirrosis, aparte de aumentar el riesgo de carcinoma hepatocelular. En este sentido, la enfermedad hepática metabólica se ha convertido en una prioridad de salud pública debido a su alta prevalecía, las complicaciones que puede originar y su diagnóstico tardío ya que se manifiestan pocos, o ningún síntoma, en sus primeras etapas. Además, la obesidad es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de reflujo gastroesofágico, ya que el exceso de grasa abdominal aumenta la presión intraabdominal, facilitando el paso del ácido gástrico al esófago. Esto eleva el riesgo de hernia de hiato, esofagitis, esófago de Barrett y adenocarcinoma esofágico, “cuyo riesgo es mayor en personas obesas que en aquellas con peso saludable”, señala. Igualmente, el exceso de peso puede afectar a la vesícula biliar aumentando el riesgo de padecer cálculos biliares a causa de la hipersecreción del colesterol en la bilis y la disminución de la motilidad vesicular, “lo que suele ser una complicación muy frecuente”, apunta la experta. Atendiendo al colon, la obesidad está relacionada con un mayor riesgo de diverticulosis colónica y diverticulitis aguda, “esto junto con sedentarismo y dieta baja en fibra, favorece la complicación de los divertículos del colon aumentando el riesgo de perforaciones y abscesos”. Cabe destacar la fuerte vinculación de la obesidad con el cáncer digestivo siendo un factor de riesgo importante para desarrollar cáncer de esófago, hígado, vesícula biliar, páncreas, colon y recto. En este sentido, factores provocados por un exceso de peso como la resistencia a la insulina, inflamación crónica, alteración de las hormonas intestinales y de la microbiota intestinal favorecen la proliferación celular y el desarrollo de tumores malignos. Obesidad, es necesario un cambio de paradigma La obesidad es una enfermedad sistémica, heterogénea, crónica, multifactorial, recurrente y, cada vez, más prevalente siendo una de las que más afectan a la calidad de vida de quienes la padecen. Además, “es importante destacar que la mitad de personas con obesidad se enfrentan a un estigma social presente en distintas facetas de su vida”, expresa Javier Crespo, profesor de medicina en la Universidad de Cantabria, investigador del Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla (IDIVAL) y experto de la Sociedad Española de Patologías Digestiva (SEPD) y la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD). Este estigma muchas veces es consecuencia de una falsa creencia de falta de compromiso, autodisciplina o fuerza de voluntad de las personas enfermas para mejorar esta situación, lo que provoca una percepción más grave y discapacitante que la que puedan tener otras dolencias. De hecho, esto se extiende hasta el plano sanitario ya que en muchas ocasiones los profesionales “han tenido complicaciones a la hora de atender a estos pacientes a causa de no disponer de las opciones terapéuticas más adecuadas” lo que ha llevado a escenarios como falta de seguimiento en consulta o la inequidad económica para llevar a cabo el tratamiento. Todo esto no solo pone de manifiesto el impacto social, económico y sanitario de esta enfermedad, sino, además, la necesidad de generar un cambio encaminado a eliminar este estigma centrado en la investigación, información, educación y respeto hacia esta enfermedad. Prevención y tratamiento de la obesidad El abordaje de esta enfermedad debe erradicar en un tratamiento integral resultante de la combinación de distintos mecanismos que respondan no solo a la perspectiva biológica, sino, además, a su perspectiva social y encaminadas a mejorar la calidad de vida del paciente. Aquí cobra especial relevancia