La acalasia es una enfermedad poco frecuente que afecta al esófago de forma progresiva, es decir, con una evolución en general de muchos años, que finalmente suele manifestarse con dificultades para la deglución de los alimentos y líquidos (lo que se conoce como disfagia). Lo habitual no es encontrarlo en niños, sino en adultos, entre los 25 y los 60 años de edad, afectando a hombres o mujeres sin diferencia.
Se produce como consecuencia de una degeneración progresiva de las
terminaciones nerviosas del esófago, lo cual provoca dificultades para conseguir relajar la parte final del esófago, la que se une con el estómago, por lo que produce dificultad para que el alimento pueda llegar a éste, quedando atrapado en el esófago. Además, el movimiento normal que realizan las paredes del esófago para empujar los alimentos también se altera, haciéndose más débil y aumentando aún más la dificultad para progresar los alimentos hacia el estómago.



